PAG PAG comida reciclada, la realidad de Manila

El pagpag es un término que ha cobrado relevancia en las comunidades más desfavorecidas de Filipinas. Se refiere a la práctica de recolectar restos de comida desechada de restaurantes, sobre todo de cadenas de comida rápida, que luego son limpiados, recalentados y revendidos a precios bajos. Aunque para muchos esta práctica pueda parecer impactante, para quienes viven en la pobreza extrema en áreas urbanas como Manila, el pagpag se ha convertido en una fuente esencial de alimentos.

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Origen del término

El término «pagpag» proviene del verbo en tagalo que significa «sacudir», y hace referencia a la acción de sacudir las sobras para limpiarlas de polvo o suciedad antes de ser consumidas nuevamente. Estas sobras, generalmente carne o pollo, se recogen de basureros, vertederos o directamente de los contenedores de los restaurantes y luego se venden en los barrios más empobrecidos de la ciudad.

El ciclo del pagpag

  1. Recolección: Las personas que se dedican a esta práctica, conocidos como recolectores de pagpag, recorren los vertederos de basura, principalmente aquellos cercanos a restaurantes de comida rápida. Allí buscan restos de pollo, carne, o cualquier alimento que haya sido desechado pero que aún sea «comestible».
  2. Preparación: Los alimentos recuperados son lavados y recalentados varias veces para «desinfectarlos». En algunos casos, las personas simplemente los recalientan y los venden inmediatamente en las calles. Otros cocineros callejeros añaden ingredientes como vegetales para hacer rendir más la comida.
  3. Reventa: El pagpag se vende en los barrios marginales a precios considerablemente bajos. Esto hace que sea accesible para aquellos que no pueden permitirse comprar comida fresca o preparada de manera convencional.

Factores que impulsan el consumo de pagpag

El pagpag no es solo una elección económica, sino una necesidad alimentaria para muchas familias que viven en extrema pobreza. En Filipinas, donde aproximadamente un 23% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, la comida desechada puede representar la única opción de alimentación diaria. Entre los principales factores que contribuyen a esta situación se encuentran:

  • Desigualdad económica: La brecha entre los ricos y los pobres en Filipinas sigue siendo enorme. Las familias en situación de pobreza no pueden acceder a comida de calidad de manera constante, lo que las obliga a recurrir a opciones alternativas como el pagpag.
  • Falta de acceso a empleos estables: En las zonas urbanas, muchas familias dependen de trabajos informales o temporales, que no siempre garantizan un salario regular. Esto genera incertidumbre económica y limita el acceso a necesidades básicas como la comida.
  • Cultura de la comida rápida: Las cadenas de comida rápida en Filipinas son muy populares y generan grandes cantidades de desperdicios, lo que proporciona una fuente abundante de alimentos desechados para quienes buscan recolectar pagpag.

Riesgos para la salud

El consumo de pagpag plantea graves riesgos para la salud. Debido a que la comida ya ha sido desechada y expuesta a diversas condiciones insalubres, puede estar contaminada con bacterias peligrosas como E. coli o Salmonella, lo que puede provocar enfermedades gastrointestinales, diarreas severas o infecciones alimentarias. Además, muchos de los consumidores de pagpag carecen de acceso a atención médica adecuada, lo que agrava aún más las consecuencias de estas enfermedades.

A pesar de estos riesgos, la falta de opciones viables de alimentación obliga a muchas personas a continuar consumiendo este tipo de comida.

Perspectiva social y cultural

Para algunos, el pagpag simboliza la resiliencia y creatividad de las comunidades marginales, que encuentran formas de sobrevivir incluso en las circunstancias más adversas. Sin embargo, también es un reflejo inquietante de la desigualdad y la marginación social en Filipinas. Esta práctica pone de relieve la urgente necesidad de políticas que aborden la pobreza extrema y mejoren las condiciones de vida de millones de personas.

En algunos casos, organizaciones no gubernamentales y grupos comunitarios han intentado intervenir con programas de ayuda alimentaria y educación sobre los peligros del pagpag. Sin embargo, mientras las soluciones estructurales a la pobreza sigan siendo insuficientes, la práctica del pagpag seguirá siendo una realidad cotidiana para muchas familias.

El pagpag es más que una práctica alimentaria inusual; es un reflejo directo de la crisis de pobreza que afecta a muchos filipinos. Aunque esta práctica ha sido vista como una solución temporal para sobrevivir, también pone de relieve la necesidad urgente de reformar las políticas económicas y sociales que aborden las profundas desigualdades en el país. Para quienes consumen pagpag, esta es una cuestión de supervivencia, pero para la sociedad en general, es un llamado a la acción para reducir la pobreza y garantizar un acceso justo y seguro a alimentos de calidad.o como un puente entre lo divino y lo humano, y demostrando la resiliencia y la riqueza de las tradiciones espirituales indias.

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