Los Barrios del Reciclaje que nadie quiere ir de Manila

Manila, la capital de Filipinas, es una ciudad vibrante y densamente poblada, pero detrás de su desarrollo urbano y modernización existen comunidades donde la pobreza extrema y la marginación dominan la vida cotidiana. En áreas como Happyland, Tondo y Smokey Mountain, miles de personas viven en condiciones de extrema precariedad. Estos barrios marginales son conocidos por depender del reciclaje informal como fuente principal de ingresos, y también por ser considerados peligrosos debido a las condiciones de vida insalubres, la criminalidad y los riesgos asociados a las prácticas de supervivencia.

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Tondo: El corazón de la pobreza urbana

Tondo es uno de los distritos más antiguos y más poblados de Manila, pero también es uno de los más pobres. Este barrio marginal alberga a cientos de miles de personas que viven en viviendas improvisadas y en condiciones de hacinamiento. Las familias en Tondo a menudo carecen de acceso a agua potable, electricidad y servicios sanitarios adecuados, lo que agrava las ya duras condiciones de vida.

El reciclaje es una de las principales actividades económicas en Tondo. Las personas recolectan materiales reciclables como plástico, metal, vidrio y cartón de las calles, los vertederos y los contenedores de basura. Estos materiales son luego vendidos a intermediarios o centros de reciclaje por pequeñas cantidades de dinero, que, aunque insuficientes, representan su única fuente de ingresos. Muchos de los residentes, incluidos niños pequeños, trabajan en el reciclaje, exponiéndose a riesgos de salud debido al contacto constante con basura contaminada y materiales peligrosos.

A pesar de los esfuerzos por mejorar las condiciones en Tondo, este barrio sigue siendo considerado un lugar peligroso, no solo por la pobreza y la insalubridad, sino también por la alta tasa de criminalidad y el dominio de bandas que controlan ciertas áreas del distrito. Las tensiones sociales, la violencia y el tráfico de drogas son problemas persistentes que han estigmatizado a esta comunidad durante décadas.

Happyland: Un nombre irónico en medio de la miseria

Happyland, a pesar de su nombre optimista, es uno de los barrios más deprimidos de Manila. Este asentamiento informal, situado en el distrito de Tondo, es conocido por su extrema pobreza y sus condiciones de vida insalubres. El nombre «Happyland» proviene de una pronunciación distorsionada de «Happy Landfill» (Vertedero Feliz), en referencia a la práctica de los habitantes de buscar comida y materiales en la basura para sobrevivir.

Los residentes de Happyland dependen en gran medida de la recolección de basura y reciclaje. En este barrio, se lleva a cabo la práctica del pagpag, donde las personas recogen restos de comida desechada de los vertederos, la limpian y la cocinan para venderla a precios bajos. Esta comida reciclada es una opción común entre las familias que no pueden permitirse comprar alimentos frescos.

El reciclaje en Happyland también incluye la recolección de residuos sólidos, como plásticos y metales, que son vendidos a compradores locales. Sin embargo, la falta de acceso a infraestructuras de reciclaje seguras y la exposición constante a desechos peligrosos, incluyendo químicos y desechos hospitalarios, plantean graves riesgos para la salud de los residentes. Enfermedades respiratorias, infecciones de la piel y problemas gastrointestinales son comunes entre quienes viven y trabajan en Happyland.

Además de las condiciones de vida extremas, Happyland es considerado un lugar inseguro debido a la violencia asociada con la pobreza. Las disputas territoriales, el crimen organizado y el narcotráfico contribuyen a un ambiente de riesgo constante para los residentes.

Smokey Mountain: La montaña de desechos y desesperación

Smokey Mountain, quizás el más famoso de los tres, es un antiguo vertedero ubicado también en Tondo. Este lugar se hizo conocido por la enorme colina de basura que, durante décadas, fue el hogar de miles de personas que vivían entre los desechos y dependían de la recolección de basura para subsistir. Aunque el vertedero fue oficialmente clausurado en los años 90, la «montaña» de basura sigue en pie, y muchas familias todavía residen en sus laderas.

Al igual que en Happyland y el resto de Tondo, los residentes de Smokey Mountain se dedican principalmente al reciclaje. Los recolectores de basura, conocidos como scavengers, buscan entre los escombros materiales que puedan ser vendidos para reciclaje. Esta actividad, que implica un esfuerzo físico considerable y una exposición constante a residuos peligrosos, es la única opción para muchas familias que no tienen acceso a educación o empleo formal.

El vertedero de Smokey Mountain es famoso por los riesgos de salud que presenta. La constante quema de basura durante sus años de operación emitía humo tóxico, que envenenaba el aire y afectaba la salud respiratoria de los residentes. Aunque el vertedero ya no está activo, los restos de desechos contaminan el suelo y las fuentes de agua cercanas. La exposición a metales pesados, productos químicos y bacterias hace que las condiciones de vida en Smokey Mountain sigan siendo extremadamente peligrosas.

Al igual que Tondo y Happyland, Smokey Mountain también tiene una reputación de ser un lugar peligroso debido a los altos niveles de criminalidad, la violencia relacionada con pandillas y la inseguridad general.

Peligros de los barrios marginales: Más allá del reciclaje

Los tres barrios marginales – Happyland, Tondo y Smokey Mountain – comparten características comunes: pobreza extrema, dependencia del reciclaje y un ambiente de peligro constante. A pesar de la resiliencia y el ingenio de sus habitantes, la lucha diaria por sobrevivir en medio de la basura y la criminalidad coloca a estas comunidades en una situación crítica.

Los peligros asociados con vivir en estos barrios marginales son múltiples:

  1. Riesgos para la salud: La exposición constante a desechos tóxicos, contaminación del aire y del agua, y la falta de acceso a servicios médicos básicos pone a los residentes en riesgo de enfermedades graves como infecciones, problemas respiratorios y malnutrición.
  2. Inseguridad: La alta tasa de criminalidad en estos barrios marginales hace que la vida diaria esté marcada por la violencia, el miedo a robos, agresiones y la presencia de pandillas.
  3. Falta de acceso a servicios básicos: El acceso limitado a agua potable, electricidad y saneamiento agrava las condiciones de vida ya difíciles. La falta de infraestructuras adecuadas contribuye a la propagación de enfermedades y empeora la calidad de vida de los residentes.

Los barrios marginales de Happyland, Tondo y Smokey Mountain son reflejos de la desigualdad y pobreza extrema que afecta a millones de personas en Manila. Aunque las actividades de reciclaje brindan una forma de supervivencia, los riesgos de salud, seguridad y criminalidad hacen de estos lugares peligrosos para vivir. Estos barrios muestran la lucha constante de quienes se enfrentan a condiciones inhumanas, pero también la resiliencia de comunidades que, a pesar de todo, siguen encontrando formas de sobrevivir en un entorno marcado por la precariedad y el peligro.entre lo divino y lo humano, y demostrando la resiliencia y la riqueza de las tradiciones espirituales indias.

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